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jueves, 5 de junio de 2014

Segundo día...

Empieza a rizarse el rizo, con este segundo día de juicio.
Cada cual, echa pestes para salvar el culete.
Yo no paso a creer la versión de la GC, en la que decían que, después de recibir una denuncia el 15 de noviembre, la cual la ponían en cuestión porque no se la creían que, montaron una operación. Operación para saber si era verdad o mentira lo denunciado.
Tres semanas después, es cuando salta la noticia a los medios. ¿Tanto tiempo necesitaban los de la GC para saber si era verdad o mentira lo que se denunciaba? Podían estar esperando hasta ahora, que el juzgado tampoco lo sabe.
Mi más sincero apoyo al PM, hizo lo que cualquier hijo de vecino de bien, hubiera hecho, como él, con dos cojones.
Lo demás, como digo, a echar pestes para salvar el culete.
La integridad y la vida de una persona estaban pasando peligro, no era una cuestión menor para dejar pasar tanto tiempo para averiguar la exactitud o no de una denuncia. No era tema baladí.
Paso a compendiar lo que pasó en el juzgado en el día de ayer.
La Guardia Civil no creyó la denuncia que alertó sobre la menor de Arroyo
·         Los agentes que intervinieron en el caso afirman que había una operación montada y que un policía local decidió actuar por su cuenta
"Como no salga, traigo a 50 policías"
·         El policía local que rescató a la menor prostituida en Arroyo narra en el juicio su actuación

El principal acusado, F. L., se dirige a la Policía durante la sesión de ayer



El 15 de noviembre de 2010 se presentó una denuncia ante la Guardia Civil alertando de que una española menor de edad estaba siendo prostituida por una familia de rumanos en Arroyo de San Serván. El 4 de diciembre un policía local decidió actuar por su cuenta y sacar a la chica de la casa en la que estaba, un desenlace inesperado a casi veinte días de investigación.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial, con sede en Mérida, acogió ayer la segunda sesión del juicio que se sigue contra doce personas por retener y prostituir a la joven. F. L., el joven rumano con el que la chica viajó hasta Arroyo el 4 de octubre de 2010, se enfrenta a una petición de pena de 32 años. Sus tres hermanos se exponen a una condena de 17 años, y sus padres y su cuñada a 12 años. Para las cinco personas acusadas de pagar para mantener relaciones con la menor la Fiscalía pide de un año a dos años y tres meses de prisión.
El agente de la Guardia Civil que instruyó el caso indicó que la investigación se inició cuando un ciudadano rumano denunció que le habían ofrecido los servicios de una chica de 16 o 17 años, que había hablado con ella, que era española y que estaba siendo retenida por una familia de rumanos, para lo que facilitaba varios posibles domicilios.
En un primer momento no dieron crédito a la denuncia y pensaron que sería una ciudadana rumana, pero aún así se inició una investigación con vigilancia discreta mientras se recababa datos sobre menores desaparecidas. Cuando se identificó a la supuesta víctima y la vivienda se hicieron gestiones para obtener un permiso judicial de entrada y registro.
Según el agente, había un dispositivo organizado para el 5 de noviembre, para lo que el día 3 se envió documentación al puesto de Arroyo de San Serván a través de un fax del Ayuntamiento. Un agente de la policía local vio la información y decidió actuar por su cuenta, aunque finalmente «todo salió bien».
El agente instructor afirmó que, una vez rescatada, la menor estaba muy delgada y plagada de piojos. «Parecía que tenía 12 o 13 años», aseguró, contradiciendo a los acusados que han aseverado que parecía mayor de edad.
Su compañero en la investigación apuntó que «se notaba claramente que era menor de edad» y que en su opinión «estaba totalmente victimizada y subyugada». También destacó que cuando la encontraron tenía piojos y mal aspecto, pero que muy pocos en Arroyo de San Serván sabían lo que estaba pasando.
Sin traumas ni secuelas
En la sesión de ayer también comparecieron los doctores y forenses que atendieron a la menor. La ginecóloga que vio a la niña en el Hospital Materno Infantil de Badajoz la misma mañana de su liberación confirmó que había evidencias de que había mantenido relaciones sexuales y mostraba contusiones en la cara interna de los muslos. Afirmó que aparentaba unos 14 años y que su aspecto era normal, sin piojos. «No llamaba mucho la atención».
El agente instructor afirmó que, una vez rescatada, la menor estaba muy delgada y plagada de piojos. «Parecía que tenía 12 o 13 años», aseguró, contradiciendo a los acusados que han aseverado que parecía mayor de edad.
Su compañero en la investigación apuntó que «se notaba claramente que era menor de edad» y que en su opinión «estaba totalmente victimizada y subyugada». También destacó que cuando la encontraron tenía piojos y mal aspecto, pero que muy pocos en Arroyo de San Serván sabían lo que estaba pasando.
Por videoconferencia declararon la forense que asistió al primer examen médico y otro compañero que ratificó el informe, en el que se indica que la chica presentaba un golpe en la espalda. Ambos dijeron que la niña no parecía mayor de edad.
También por videoconferencia intervino otro forense que en el año 2012 ratificó otro informe anterior. Según dijo, en aquel momento la joven no tenía secuelas psiquiátricas o psicológicas. Asimismo, apuntó que «no es normal su forma de sentir» y que muestra trastornos de comportamiento desde su infancia. En el juicio se ha puesto de manifiesto que seis meses antes de trasladarse a Arroyo de San Serván denunció que había sido violada. Tampoco presenta traumas por este episodio.



A primera hora del 4 de diciembre de 2010 un policía local de Arroyo de San Serván acudió a una vivienda de la calle de la Sierra para rescatar a una menor española que había desaparecido dos meses antes en Madrid. No sabía ni que estaba siendo retenida ni obligada a prostituirse, según denunció después la chica, que en aquel momento tenía 14 años. El agente ha declarado hoy en el juicio que se celebra en Mérida contra la familia de rumanos con la que vivía la joven y contra cinco acusados de mantener relaciones sexuales con ella a cambio de dinero.
El agente ha declarado que cuando iba a iniciar su turno en la mañana del 4 de diciembre encontró en el fax un escrito con la denuncia de la desaparición, una fotografía de la menor y una información sobre el lugar donde podía encontrarse. De uniforme, pero sin pistola, ya que se dedicaba a labores administrativas, acudió a la vivienda. Contactó con M. L., a quien conocía. Es uno de los imputados y hermano de F. L., el principal acusado de retener y prostituir a la chica. Según ha dicho, primero le negó que la joven estuviera con ellos, pero luego lo reconoció. Regresó a la casa, y al cabo de media hora volvió para decirle al agente que la niña no quería irse.
El policía ha indicado que a continuación le dijo que “como no salga, traigo a 50 policías; va a ser por las buenas o por las malas”. En un tercer encuentro con M. L. el rumano accedió a entregar a la menor. El agente cortó la calle al tráfico, situó el coche patrulla frente a la casa y acompañó a la chica hasta el vehículo. Después fue a la Jefatura de la Policía Local y habló con los padres de la víctima. Por último, la puso a disposición de la Guardia Civil.
La actuación del policía local frustró una operación que, según han dicho dos agentes de la Guardia Civil que también han comparecido hoy, estaba prevista para el 5 de diciembre, un día después de la salida de la menor de la casa. Según han indicado, fueron ellos los que mandaron la información al puesto de Arroyo de San Serván, pero que la destinaron a un fax del Ayuntamiento. Así cayó en manos del municipal, que decidió actuar por su cuenta.
Estos dos agentes de la Guardia Civil han indicado que cuando se recibió la denuncia sobre una menor española prostituyéndose, a mediados de noviembre, iniciaron una investigación con un dispositivo de vigilancia mientras corroboraban datos sobre menores desaparecidas. Cuando las gestiones avanzaron dieron un último paso para solicitar al Juzgado de Montijo una orden de entrada y registro, pero entonces tuvo lugar la intervención del policía local.
Según uno de los agentes, la menor “parecía que tenía 12 o 13 años” y estaba muy delgada y con piojos. Respecto a la implicación de los acusados, ha indicado que “pienso que todos sabían lo que había”. Su compañero ha aseverado que “se notaba claramente que era menor de edad” y que, según su opinión, “estaba totalmente victimizada y subyugada”.
En la sesión de hoy también han intervenido médicos y forenses que atendieron a la menor tanto el día que salió de la casa como en los meses posteriores. Uno de ellos ha indicado que no presenta secuelas psicológicas ni traumas.

 


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Quienes son para creer o no una denuncia?
Y tantos días para saber si era verdad o no lña denuncia?
Y mandar una orden por fax al ayuntamiento? Tendrian los ordenatas averiaos
o es que pasa algo raro, raro?
Muchos interrogantes.
Gracias PJ, yo hubiera hecho lo mismo, aunque no sé si hubiera tenido 'pantalones' como tú

Anónimo dijo...

creo que en este caso al final abra justicia. por que si no la ahi es mejor que nos miremos todos al espejo

Anónimo dijo...

la infancia no tiene nadie derecho arrebatarla digo nadie

Anónimo dijo...

que la vida le de todo lo que le arebataron estos presuntos sinverguenza

Anónimo dijo...

que lo del fax es un cuento

Anónimo dijo...

De pena como que recuriran

Administrador del blog dijo...

Comentario de un anónimo corregido por el Administrador
por cierto, lo del fax lo veria el juez de paz de Arroyo o estava ocupado con sus (palabra eliminada).

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