Carta abierta a un (supuesto) Policía Local

Cuando digo a un Policía Local, es eso, a uno que no sé quién es. Pudiera serlo o no. Supongamos que sí lo es.

Hoy no puedo dejar pasar un comentario que me ha llegado a través de la sección que denominé en el blog: ‘Deseo que se trate este tema: Ir al formulario’

Pues bien, me ha llegado el comentario en cuestión que no es firmado por nadie, excepto por alguien que se identifica como Policía Local. En el mismo, me pide expresamente que no publique el escrito, hecho que en estos momentos, podrá comprobar que no lo hago por respetar su deseo; pero sí le doy mi respuesta al mismo.

Dice que no le importa quién pueda ser yo, porque no le interesa. Pero a la vez, me da una soflama en la que me dice que ‘quiere decirme en privado, siendo lamentable que deba ser por este medio y no a la cara, sea por las represalias que contra ti tengan o por la poca valentía que demuestras.’

Pues de la misma manera te digo, que al no expresar tu nombre para  identificarte, Sr. Poli (por lo que debo suponer que eres poli), por las represalias que contra ti puedan tener de tu actitud ante el caso que me reclamas, yo lo hago por este procedimiento, que espero no te moleste. Tu valentía, tanto por el escrito que me mandas como por tus hechos, tampoco demuestras mucha valentía al no dar tu nombre. Pero de poco puede valerte, si es cierto lo que dices, pues tu nombre estará reflejado en el cuadrante del día y hora en el que sucedieron los hechos de los que tú me reclamas.

En tu escrito, me dices que fuiste emplazado ‘por esos cinco niños de nacionalidad rumana de edades comprendidas entre 4 y 9 años, de ambos sexos, para que por favor, con toda la educación del mundo, cosa de la que carecen la inmensa mayoría de a los que después describiré, me solicitaron, ya te digo por favor, si se podían bañar en la fuente ya que en sus casas carecen del preciado elemento que es el agua en esas cantidades y más en los día de calor que estamos pasando’. Y como eres un buen profesional, cogiste el toro por los cuernos y, como bien me dices, ‘les deje bañarse, con mi permiso, bajo mi responsabilidad, con el corazón en la mano o es que solo a quién idolatráis puede tener corazón y llegar a hacer una temeridad de tal calibre’. Pues no, Sr. Policía, lo que Vd. debería haber hecho, en mi humilde opinión es, haberlos identificados, haberlos hecho llegar a sus padres y, después, haberse rascado el bolsillo propio y haberles pagado la entrada en la piscina municipal si tan necesitados de bajar la temperatura corporal les vio vd. No dejarlos bañar en una fuente pública para aminorar la calor tan sofocante y apremiante de un baño, ese no era su cometido, su deber. Pero eso es otro cantar. Vd. se pasó de sus funciones de autoridad pública. ¿Se imagina si hubiera ocurrido cualquier accidente por su benevolente actitud? No quiero ni pensarlo, por el bien suyo y el de su familia, no lo vuelva a hacer. Jugar a superhéroes y a mecenas, ni mucho menos con niños que están solos en la vía pública, en una fuente pública.

Dice que me entere mejor de las cosas antes de publicarlas. Pues como una imagen vale más que mil palabras, se acompañó el escrito con una imagen fotográfica que me mandó un amigo del blog, y que la misma pulula por las redes sociales locales, que en muchos facebook’s, tuenti’s, etc. está.

En tu alocución dices de las peñas deportivas locales lo siguiente:’…educación que no tienen los dejeneraos que cuando gana un equipo sea cual sea, celebran o más bien destrozan la fuente y digo destrozan a conciencia para hacer daño, sin pedir permiso para entrar ni salir de ella. Por favor deja de decir mentiras, mentiras y mentiras pues quien te envió esa foto miente, díselo así de parte del Agente de Policía que esa tarde dio permiso a esas personas y dile también que si tan enojada estaba de ver lo que estaba viendo que hubiera venido a hablar con la Policía Local y se le explica, pero es más fácil mentir y desprestigiar a la Policía dependiendo de quién sea.’

Pues si como Vd. dice, ‘los dejeneraos’ (degenerados) al celebrar algún evento deportivo, entran en la fuente para destrozarla a conciencia para hacer daño, sin pedir permiso ni nada, yo le pregunto: ¿Sabiendo todo eso, qué hace Vd. y sus compañeros para impedir semejante vandalismo?¿Por qué no actúan conforme mandan los cánones establecidos? Poco dice de su profesionalidad al permitir estos actos que Vd. los denomina ‘degenerados’ (por favor, utilice el corrector ortográfico).

Y no se preocupe, el comentario se expondrá para que lo lea, no sólo las personas que me envió la foto, sino todas las personas que visitan al blog, y espero que Vd. haga lo mismo, pues ya sé que la poli nos lee.

Y otra cosa, no se intenta desprestigiar a ningún cuerpo de seguridad, y no tenga Vd. celos (si es que pertenece a alguno y así puedo creerlo) porque desde aquí, tanto yo como muchos de los que visitan el blog, hayamos tratado a un compañero suyo como un héroe por hacer su trabajo de policía y al resultado judicial me remito. Y, cuando me dice: ‘que en el Cuerpo de la Policía Local de Arroyo hay muy buenos profesionales desprestigiados per personas como tú en detrimento de héroes.’ Le quiero decir yo a Vd. que en esta localidad falta mucha gente en ese cuerpo que sea cumplidora, no ya como ese al que Vd. le molesta que lo tratemos como lo que es, sino cumplir con su función por las que cobran su sueldo. Muchas cosas cambiarían en nuestra referenciada ciudad.

Y cuando me dice:’ si algo deseas no dudes en acudir a la Policía Local seguro que cambiarias muchos de tus puntos de vista sobre algunas cosillas en las que te dejas llevar por malas compañías…’ Pues no, Sr. agente, no. Por malas que pudieran ser mis compañías, que sólo por el hecho de estar junto a mí, no lo son; sé de seguro que son mucho mejores personas que las que pudieran estar a su lado, y no intento desprestigiarlas (pues no son merecedoras de Vd.). Y a su escrito me remito, al ser un ataque personal hacia mí, hacia la persona que ha mandado la foto, los amigos del blog, mis amistades y familia, y como no, la desvergüenza que tiene Vd. de criticar a un compañero, por celos profesionales.