Empieza
a rizarse el rizo, con este segundo día de juicio.
Cada
cual, echa pestes para salvar el culete.
Yo no
paso a creer la versión de la GC, en la que decían que, después de recibir una
denuncia el 15 de noviembre, la cual la ponían en cuestión porque no se la
creían que, montaron una operación. Operación para saber si era verdad o
mentira lo denunciado.
Tres
semanas después, es cuando salta la noticia a los medios. ¿Tanto tiempo
necesitaban los de la GC para saber si era verdad o mentira lo que se
denunciaba? Podían estar esperando hasta ahora, que el juzgado tampoco lo sabe.
Mi más
sincero apoyo al PM, hizo lo que cualquier hijo de vecino de bien, hubiera
hecho, como él, con dos cojones.
Lo
demás, como digo, a echar pestes para salvar el culete.
La
integridad y la vida de una persona estaban pasando peligro, no era una cuestión
menor para dejar pasar tanto tiempo para averiguar la exactitud o no de una
denuncia. No era tema baladí.
Paso a compendiar
lo que pasó en el juzgado en el día de ayer.
La Guardia Civil no creyó la denuncia
que alertó sobre la menor de Arroyo
· Los agentes que intervinieron en el caso afirman que había una operación montada y que un policía local decidió actuar por su cuenta
"Como no salga, traigo a 50 policías"
· El policía local que rescató a la menor prostituida en Arroyo narra en el juicio su actuación
· Los agentes que intervinieron en el caso afirman que había una operación montada y que un policía local decidió actuar por su cuenta
"Como no salga, traigo a 50 policías"
· El policía local que rescató a la menor prostituida en Arroyo narra en el juicio su actuación
El 15 de noviembre de 2010 se presentó una denuncia ante la Guardia
Civil alertando de que una española menor de edad estaba siendo prostituida por
una familia de rumanos en Arroyo de San Serván. El 4 de diciembre un policía local decidió actuar por su cuenta y sacar a la chica de la casa en la que estaba, un
desenlace inesperado a casi veinte días de investigación.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial, con sede en Mérida,
acogió ayer la segunda sesión del juicio que se sigue contra doce personas por
retener y prostituir a la joven. F. L., el joven rumano con el que la chica
viajó hasta Arroyo el 4 de octubre de 2010, se enfrenta a una petición de pena
de 32 años. Sus tres hermanos se exponen a una condena de 17 años, y sus padres
y su cuñada a 12 años. Para las cinco personas acusadas de pagar para mantener
relaciones con la menor la Fiscalía pide de un año a dos años y tres meses de
prisión.
El agente de la Guardia
Civil que instruyó el caso indicó que la investigación se inició cuando un
ciudadano rumano denunció que le habían ofrecido los servicios de una chica de
16 o 17 años, que había hablado con ella, que era española y que estaba siendo
retenida por una familia de rumanos, para lo que facilitaba varios posibles
domicilios.
En un primer momento no
dieron crédito a la denuncia y pensaron que sería una ciudadana rumana, pero
aún así se inició una investigación con vigilancia discreta mientras se
recababa datos sobre menores desaparecidas. Cuando se identificó a la supuesta
víctima y la vivienda se hicieron gestiones para obtener un permiso judicial de
entrada y registro.
Según el agente, había un
dispositivo organizado para el 5 de noviembre, para lo que el día 3 se envió
documentación al puesto de Arroyo de San Serván a través de un fax del
Ayuntamiento. Un agente de la policía local vio la información y decidió actuar
por su cuenta, aunque finalmente «todo salió bien».
El agente instructor afirmó
que, una vez rescatada, la menor estaba muy delgada y plagada de piojos.
«Parecía que tenía 12 o 13 años», aseguró, contradiciendo a los acusados que
han aseverado que parecía mayor de edad.
Su compañero en la
investigación apuntó que «se notaba claramente que era menor de edad» y que en
su opinión «estaba totalmente victimizada y subyugada». También destacó que
cuando la encontraron tenía piojos y mal aspecto, pero que muy pocos en Arroyo
de San Serván sabían lo que estaba pasando.
Sin traumas ni
secuelas
En la sesión de ayer también comparecieron los
doctores y forenses que atendieron a la menor. La ginecóloga que vio a la niña
en el Hospital Materno Infantil de Badajoz la misma mañana de su liberación
confirmó que había evidencias de que había mantenido relaciones sexuales y
mostraba contusiones en la cara interna de los muslos. Afirmó que aparentaba
unos 14 años y que su aspecto era normal, sin piojos. «No llamaba mucho la
atención».
El agente instructor afirmó
que, una vez rescatada, la menor estaba muy delgada y plagada de piojos.
«Parecía que tenía 12 o 13 años», aseguró, contradiciendo a los acusados que
han aseverado que parecía mayor de edad.
Su compañero en la
investigación apuntó que «se notaba claramente que era menor de edad» y que en
su opinión «estaba totalmente victimizada y subyugada». También destacó que
cuando la encontraron tenía piojos y mal aspecto, pero que muy pocos en Arroyo
de San Serván sabían lo que estaba pasando.
Por videoconferencia
declararon la forense que asistió al primer examen médico y otro compañero que
ratificó el informe, en el que se indica que la chica presentaba un golpe en la
espalda. Ambos dijeron que la niña no parecía mayor de edad.
También
por videoconferencia intervino otro forense que en el año 2012 ratificó otro informe
anterior. Según dijo, en aquel momento la joven no tenía secuelas psiquiátricas
o psicológicas. Asimismo, apuntó que «no es normal su forma de sentir» y que
muestra trastornos de comportamiento desde su infancia. En el juicio se ha
puesto de manifiesto que seis meses antes de trasladarse a Arroyo de San Serván
denunció que había sido violada. Tampoco presenta traumas por este episodio.
A
primera hora del 4 de diciembre de 2010 un policía local de Arroyo de San Serván acudió a una vivienda de la calle de la Sierra para
rescatar a una menor española que había desaparecido dos meses antes en Madrid.
No sabía ni que estaba siendo retenida ni obligada a prostituirse, según
denunció después la chica, que en aquel momento tenía 14 años. El agente ha
declarado hoy en el juicio que se celebra en Mérida contra la familia de
rumanos con la que vivía la joven y contra cinco acusados de mantener
relaciones sexuales con ella a cambio de dinero.
El agente ha declarado que
cuando iba a iniciar su turno en la mañana del 4 de diciembre encontró en el
fax un escrito con la denuncia de la desaparición, una fotografía de la menor y
una información sobre el lugar donde podía encontrarse. De uniforme, pero sin
pistola, ya que se dedicaba a labores administrativas, acudió a la vivienda.
Contactó con M. L., a quien conocía. Es uno de los imputados y hermano de F.
L., el principal acusado de retener y prostituir a la chica. Según ha dicho,
primero le negó que la joven estuviera con ellos, pero luego lo reconoció.
Regresó a la casa, y al cabo de media hora volvió para decirle al agente que la
niña no quería irse.
El policía ha indicado que
a continuación le dijo que “como no salga, traigo a 50 policías; va a ser por
las buenas o por las malas”. En un tercer encuentro con M. L. el rumano accedió
a entregar a la menor. El agente cortó la calle al tráfico, situó el coche
patrulla frente a la casa y acompañó a la chica hasta el vehículo. Después fue
a la Jefatura de la Policía Local y habló con los padres de la víctima. Por
último, la puso a disposición de la Guardia Civil.
La actuación del policía
local frustró una operación que, según han dicho dos agentes de la Guardia
Civil que también han comparecido hoy, estaba prevista para el 5 de diciembre,
un día después de la salida de la menor de la casa. Según han indicado, fueron
ellos los que mandaron la información al puesto de Arroyo de San Serván, pero
que la destinaron a un fax del Ayuntamiento. Así cayó en manos del municipal,
que decidió actuar por su cuenta.
Estos dos agentes de la
Guardia Civil han indicado que cuando se recibió la denuncia sobre una menor
española prostituyéndose, a mediados de noviembre, iniciaron una investigación
con un dispositivo de vigilancia mientras corroboraban datos sobre menores
desaparecidas. Cuando las gestiones avanzaron dieron un último paso para
solicitar al Juzgado de Montijo una orden de entrada y registro, pero entonces
tuvo lugar la intervención del policía local.
Según uno de los agentes,
la menor “parecía que tenía 12 o 13 años” y estaba muy delgada y con piojos.
Respecto a la implicación de los acusados, ha indicado que “pienso que todos
sabían lo que había”. Su compañero ha aseverado que “se notaba claramente que
era menor de edad” y que, según su opinión, “estaba totalmente victimizada y
subyugada”.
En la sesión de hoy también
han intervenido médicos y forenses que atendieron a la menor tanto el día que
salió de la casa como en los meses posteriores. Uno de ellos ha indicado que no
presenta secuelas psicológicas ni traumas.
7 comentarios:
Quienes son para creer o no una denuncia?
Y tantos días para saber si era verdad o no lña denuncia?
Y mandar una orden por fax al ayuntamiento? Tendrian los ordenatas averiaos
o es que pasa algo raro, raro?
Muchos interrogantes.
Gracias PJ, yo hubiera hecho lo mismo, aunque no sé si hubiera tenido 'pantalones' como tú
creo que en este caso al final abra justicia. por que si no la ahi es mejor que nos miremos todos al espejo
la infancia no tiene nadie derecho arrebatarla digo nadie
que la vida le de todo lo que le arebataron estos presuntos sinverguenza
que lo del fax es un cuento
De pena como que recuriran
Comentario de un anónimo corregido por el Administrador
por cierto, lo del fax lo veria el juez de paz de Arroyo o estava ocupado con sus (palabra eliminada).
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