Volvamos
a los temas domésticos, y dejemos, de momento, la abdicación.
Ayer
comenzaba el juicio por lo de la niña prostituida, que tantos quebrantos y
dolores de cabeza ha traído, trae y traerá.
Segó
una vida, y ya veremos qué es lo que pasa.
No
quiero que se mal interprete nada, para ello, quiero exponer lo que se dice de
la noticia en el diario HOY, y que cada cual saque sus propias conclusiones:
Los acusados de
retener y prostituir a una menor niegan que la obligaran
·
Comienza en Mérida
el juicio por unos hechos que tuvieron lugar a finales del 2010
·
El principal acusado niega que retuviera a la chica y asegura que las
relaciones fueron consentidas
·
Uno
de los implicados reconoció que pagó 50 euros por mantener relaciones con la
menor
·
El
principal acusado afirma que la chica decidió por su cuenta ejercer la
prostitución
El 4 de diciembre de 2010 un policía local
fuera de servicio de
Arroyo de San Serván acudió a una casa para rescatar a una chica madrileña de
14 años que vivía con una familia rumana y que estaba siendo
prostituida. La menor había llegado a la población el 4 de octubre
acompañando a Florín L., un joven rumano de 21 años. La Sección Tercera de la
Audiencia Provincial, con sede en Mérida, acogió ayer el inicio del juicio que
tratará de esclarecer lo ocurrido en esos dos meses.
Florín L.
se enfrenta a 32 años de cárcel por retener, agredir y obligar a la menor a
ejercer la prostitución. La Fiscalía solicita además una condena de 17 años de
prisión para tres hermanos que le ayudaron (Z. L., M. L. y M. L.) y 12 años
para sus padres (C. L. y C. P.) y una cuñada (B. A.). Para los cinco hombres
que pagaron por mantener relaciones con la joven reclama unas penas que oscilan
entre 1 año y 2 años y tres meses.
En su
escrito preliminar, la acusación particular coincide en los hechos y las penas
reclamadas, pero eleva a cinco años la petición de cárcel para las personas que
mantuvieron relaciones sexuales con la menor. En cuanto a la defensa del
principal acusado, pide la absolución.
El juicio comenzó con la declaración de los doce imputados. El principal
acusado afirmó que la niña le dijo que vivía en la calle y que no tenía a nadie
en Madrid. Empezó a mantener relaciones consentidas con la menor a las dos
semanas de su llegada a Arroyo y asegura que ni agredió ni retuvo a la chica.
Pensaba que tenía 19 años. También indicó que fue ella la que decidió ejercer
la prostitución, que buscaba clientes por su cuenta (aunque después reconoció
que la acompañó al menos en una ocasión), que se quedaba con el dinero y que le
aseguró que así se ganaba la vida en Madrid. A partir de ese momento le ofreció
llevarla de regreso a su casa, pero la joven se quedó por su voluntad. También apuntó
que se compró ropa y un móvil con el que llegó a hablar con su familia.
Los familiares del principal acusado aseveraron que desconocían que la
chica se prostituía y que era menor, y afirmaron que se movía libremente por la
localidad. De hecho, un hermano dijo que un día salió con ellos a trabajar al
campo; y el padre aseguró que en una ocasión acudió al ambulatorio en compañía
de la cuñada de F. L. También expuso que la chica iba a la casa de una vecina,
madre de un policía, porque le gustaba más ese baño.
En cierta ocasión unos agentes acudieron a la casa a preguntar por la
menor. La madre de F. L. afirmó que la chica se encerró en el baño porque no
quería irse. Pero que la segunda vez tuvo que marcharse porque sabían que la
buscaba su familia y que no era cierto que viviera en la calle.
La declaración de M. M., uno de los hombres que pagó por acostarse con
la víctima, puso en evidencia la versión del principal acusado. Este vecino de
Arroyo trabajaba en el vertedero de la localidad y solía ver a rumanos
rebuscando en la basura. Según afirmó, la joven, que afirmaba tener 19 años,
acudió a él en compañía de F. L. y le ofreció mantener relaciones por 100
euros. Primero la rechazó, pero los dos jóvenes estuvieron hablando y bajaron a
50 euros, tras lo que accedió. El encuentro tuvo lugar en una choza.
Una
semana después la chica regresó. Acudió sola, pero a unos cientos de metros
había un hombre que la acompañaba. M . M. afirmó que ya sabía que era menor y
que la Policía la estaba buscando, por lo que no quiso volver a tener tratos
con ella. Pese a ello, no avisó a las fuerzas de seguridad. Según dijo, no
tenía teléfono móvil.
La versión del fiscal
Según la
Fiscalía, la menor conoció al joven rumano en la mañana del 4 de octubre de
2010 en Madrid. A las pocas horas, el primero pidió a la joven que se fuera con
él a Arroyo de San Serván, a lo que accedió. En esta población pacense
iniciaron una relación, pero al cabo de una semana la menor manifestó su deseo
de volver a su domicilio. F. L. se opuso y a partir de entonces la agredió
sexual y físicamente en varias ocasiones. Para evitar que se fuera, la
amenazaba y la obligaba a dormir desnuda. La acusación sostiene que los padres,
los tres hermanos y una cuñada del principal acusado le ayudaron a retenerla.
Al cabo de un mes, F. L. propuso a la menor, como si se tratara de un
juego, ofrecer a españoles de la localidad a cambio de dinero unos favores
sexuales que no llegarían a consumarse. Sin embargo, fue obligada a mantener
relaciones con al menos dos hombres (M. M. y P. M.), que pagaron entre 30 y 50
euros. El escrito de acusación indica que en esas mismas fechas fue trasladada
en tres ocasiones al ayuntamiento de Arroyo de San Serván, concretamente al
despacho del juez de paz, F. I. Afirma que realizó y recibió tocamientos, y que
concertó un encuentro con penetración que no llegó a producirse. Asimismo, la
menor mantuvo relaciones con otro vecino que se suicidó cuando salieron a la
luz los hechos. También hubo tocamientos con otro hombre, M. G. Por último, tuvo
un encuentro sexual con un ciudadano rumano, M. L. La Fiscalía sostiene que
todos sabían que era menor de edad y que estaba siendo obligada a prostituirse,
pese a lo cual no hicieron nada.
El
escrito de acusación indica que otros dos hombres, que también declararon ayer,
pagaron por tener relaciones con la menor. Pero al conocer que la joven estaba
siendo retenida, amenazada y obligada a ejercer la prostitución presentaron una
denuncia el 15 de noviembre ante la Guardia Civil. La chica consiguió escaparse
en compañía de una hermana menor de F. L. y refugiarse en la vivienda de estos
dos vecinos de Arroyo, uno de ellos de nacionalidad rumana. Sin embargo, al día
siguiente el principal acusado y sus tres hermanos entraron sin permiso,
amenazaron a los inquilinos con un cuchillo y se llevaron a la joven tras
golpearla. Finalmente, la niña fue rescatada el 4 de diciembre por un policía
local cuando se preparaba una operación de la Guardia Civil y la Policía.
La Fiscalía aprecia seis delitos distintos: agresión sexual, por el que
pide 15 años para el principal acusado; detención ilegal, por el que solicita
ocho años para F. L. y sus familiares; un delito continuado de prostitución y
corrupción de menores (para los que promovieron las relaciones sexuales), por
el que pide cuatro años para los siete miembros de la familia; otro de
prostitución y corrupción de menores (para los cinco que pagaron por las
relaciones), con penas que van de 1 año a 2 años y tres meses; y allanamiento
de morada en concurso con amenazas, por los que reclama 5 años para F. L. y sus
tres hermanos.
4 comentarios:
que cada palo que aguante su vela
que la justicia actue con firmeza
que no nos toque a nadie pasar por este trago
seguro que si fuera alguien conocido otro gallo cantaria
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